Melocotones, aceite verdial y huerta hacen famoso a Peirana
Periana tiene un clima mediterráneo con ciertos rasgos de montaña, debido a su posición al fondo de un valle abierto al mar (Rio Vélez-Guaro) y apantallada por relieves muy importantes hacia el norte. La influencia marítima suaviza las temperaturas, que no son tan frías como cabría esperarse de un municipio a 500-600 m de altitud con montañas próximas y cumbres de orden de 2.000 m.
No es extraño encontrarse en este terreno muchas distintas especies arbóreas y unos cultivos muy diversificados que ofrece la zona como encinas, olivares, cereal, pastos, frutales –mención especial para el melocotón-, cítricos y cuidadas huertas allá donde el agua está próxima.
Periana habitada desde tiempos antiguos fue conquistada sucesivamente por los griegos, los romanos, los visigodos y moros. Pero la historia escrita se inicia a fines del siglo 18. Han sido hallados restos de talleres líticos en la zona de Capellanía, junto a La Viñuela, lugar que estuvo habitado hasta el inicio de la Edad del Bronce.
Estos hallazgos no constituyen ninguna sorpresa porque toda la zona norte de la Axarquía estuvo ocupada por el hombre desde la Prehistoria, y Periana no iba a ser una excepción. Sin embargo no hay nada que haga pensar en asentamientos romanos, a pesar del hallazgo de una moneda de finales del siglo II a. C en el cerro de Capellanía.
No hay muchas cosas que refieren a la época árabe, con excepción de los Baños de Vilo. Se supone que Periana no fue más que un simple lugar de paso de las tropas cristianas que acudieron en 1487 a la conquista de Vélez.
Merece la pena hacer una visita a los baños municipales. Estos baños árabes son ricos en sulfuro de hidrógeno, magnesio, calcio y nitrógeno. A menudo se prescribe como una cura para enfermedades de la piel.