La Viñuela se constituyó como pueblo en el siglo XVIII, y por lo tanto es la localidad más moderna de la Axarquía, pero, paradójicamente, fueron estas tierras unas de las que más tempranamente acogieron asentamientos humanos, al menos desde el Paleolítico Medio, cosa que no es de extrañar porque la zona, geográficamente, es un paso natural hacia los territorios del norte y además siempre ha sido rica en agua.
Pese a llevar su nombre no se refleja La Viñuela en aguas de su pantano, permanece oculta a la fresca vera de un río, entre enormes sauces, a la sombra de sus ramas. Son estrechas sus calles, sinuosas todas ellas. Calles que se adaptan a las veleidades del terreno, al capricho de sus formas. Así, nos dejan rincones umbríos, recodos salida, plazuelas minúsculas por un limonero, por una fuente...
Antes de que el pantano quedara cubierto por las aguas fueron excavados más de diez yacimientos, si bien los más destacados vestigios prehistóricos se encuentran en el lecho del río Guaro , donde han aparecido restos desde el Neolítico hasta la época romana. En atención a los hallazgos correspondientes a la época romana, todo indica que la economía de entonces se basaba en el olivo, la vid y los cereales, lo que presenta muchas similitudes con los tiempos actuales.
Parece ser que la localidad surgió en torno a una antigua venta, convertida hoy en el bar La Plaza, en el camino real de Vélez-Málaga a Granada, en un lugar que a principios del siglo XVII era conocido como La Viñuela, en referencia a unas viñas pequeñas que por allí había. Con el tiempo empezaron a levantarse otras edificaciones junto a la venta. Con la plaga de la filoxera, a finales del XIX, las viñas quedaron arrasadas y fueron sustituidas por cítricos.